نوع المستند : المقالة الأصلية
المؤلف
Depto. de Lengua y Literatura Hispánicas Facultad de Letras- Universidad de El Cairo
المستخلص
El año 1975 se considera una fecha clave para la novela española. Lo es, no sólo por marcar el inicio de la transición política después de la muerte de Franco en noviembre del mismo año, y con ello marcar el inicio de la novela española de la transición, sino porque testifica la publicación de dos novelas prometedoras y plenamente posmodernas que han iniciado el proceso de transición hacia la nueva novela de los años ochenta en España[1]. Cerbero son las sombras, (1974) de Juan José Millás, y La verdad sobre el caso Savolta, (1975) de Eduardo Mendoza, aparecen en una fecha que marca la crisis de la narrativa española en peligro a causa del boom hispanoamericano, y tienen el mérito de teorizar la cuestión fundamental de lo que será la nueva novela española posmoderna de los años ochenta a pesar de pertenecer a la época de la transición.
Al principio, y para evitar futuros malentendimientos, hemos de puntualizar que no toda la novela de la transición es posmoderna y viceversa. Es decir, no toda obra aparecida entre 1975 y 1982, y marcada por el calificativo posmoderno pertenece, necesariamente, a la transición. Lo más general es que el paso entre una era y otra en la novela, como en la política, se produce después del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 y la victoria socialista del PSOE en 28 octubre de 1982[2]. Ambas fechas marcan el final de la transición española dejando paso a la edad democrática. Pero la contigüidad de ambos sucesos hace que sea inevitable la confusión entre ellas en el terreno literario.
[1] José Carlos Mainer, “Cultura y sociedad” en Darío Villanueva et al., Los nuevos nombres: 1975-1990, Barcelona, Crítica, 54-72.
[2] No es tarea fácil definir con exactitud el lapso temporal que ocupa la época, tanto política como literaria, conocida con el título de la “Transición”. Las hipótesis son numerosas: entre que empezó antes de la muerte de Franco y acabó con la proclamación de la Constitución, o que empezó justo después de su muerte en noviembre del 1975, y con exactitud a partir del año 1976, y acabó con la entrada en la Comunidad Europea, lo más seguro es que la incertidumbre y la indefinición son las protagonistas de este intento de definir tal época transitoria. José Carlos Mainer ha sido más flexible en cuanto a la determinación de esta época que la ubica entre 1973 y 1986. Vid “El peso de la memoria: de la imposibilidad del heroísmo en el fin de siglo”, Centro Virtual Cervantes, cvc.cervantes.es/literatura/aispi/pdf, pp. 11-37.